De vez en cuando uno tiene la suerte de hacer encargos de esos que te llenan. No son muchos de este tipo, pero también entiendo que no son muchas las personas que hay como Oscar, un coleccionista de esos que yo tipificaría en "los de buen gusto". Y ojo, que no estoy diciendo con esto que el resto no lo tenga, ni acaso que los encargos más habituales tampoco lo tengan. Me refiero concretamente al gusto por los detalles que esta persona manifiesta, al "delicatessen" en resina que te manda, al modelo y la carrera concreta que quiere hacer.
En esta ocasión puso en mis manos todo un SlotClassic para recrear el número 16 que participó en Le Mans en 1961. Una pieza que por venir de quién viene, tiene una calidad exquisita en sus formas de resina, con unos panelados de esos en los que disfrutas viendo cómo corre la tinta y la finura de los surcos, con unos detalles a añadir en fotograbados excelentes. Las habituales llantas de fotograbados de la marca de Gijón son otro aspecto que ensalza el coche terminado.
¿Cuál sería mi valoración de esta marca? Pues a día de hoy yo le daría un ocho. Un punto pierde por el interior ... una bandeja de lexán en una resina me parece aberrante. Es como sustituirle a un Boeing 747 los propulsores RR por unas hélices. En mi modesta opinión quien aspira al nº1 no puede tener estos descuidos. Pero de nuevo insisto, el resto del conjunto es excelente.
El segundo punto lo pierde en su excesivo precio. En tiempos de crisis y con el "China Gate" sobrevolando en círculos su producción, se me antojan excesivos los desembolsos que se exige para formar parte del selecto club de SlotClassic. Todavía en kit ... claro, si luego tienes manos para que te quede mejor que el RTR. Y es que el "Made in Spain" vale tan poco ... Hay marcas "franco-chinas" (pongo guión para evitar suspicacias sobre la higiene francesa) que te ofrecen calidad superior a menor precio. Difícil competencia.
Pero a lo que vamos, a este coche que ahora sí es exclusivo de una gran colección. Con los detalles que quería su dueño, un interior beige y ocre, los escudos de Ferrari en sustitución de las banderas que denominaban los coches de la Escudería Serenissima.
El resto, lo que véis, ha sido fruto de unas cuantas horas, cargadas de paciencia, atacando cada pieza por separado. Disfrutando de cada fotograbado. Rematando las piezas de metal blanco. Jugando con los cromados. Unas subidas de tono por la cara del piloto, y un poco de pincel seco en las aristas del salpicadero. Otro poco de fotograbados. Ajustes del PCS-32. Y el consabido trabajo de pintura, calcas y barniz. El coche se merecía hasta pintar el interior de la carrocería con los colores de la bandeja, no vaya a ser que "cante" cuando alguien se asome a mirar el retrovisor.
Lo dicho, una joya que he disfrutado de principio a fin. Debe estar llegándole ya a su dueño. Espero que lo disfrute en su colección tanto como yo haciéndolo.
Un saludo
Miguel
2 comentarios:
Pon los iconos de "me gusta" que hay dias como hoy que no tengo ganas de escribir.
Un Saludo!!!
Una gran pieza y un trabajo extraordinario Miguel.
La bandeja se merece unas fotos.
un abrazo
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